CAPÍTULO I
ELEMENTOS Y PRINCIPIOS GENERALES DE LA ORTOGRAFÍA ESPAÑOLA
La Ortografía es el conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua.
1.1. Fundamentos de la ortografía española
Como en otros muchos idiomas; la escritura española representa la lengua hablada por medio de letras y de otros signos
gráficos.
En su intención original, el abecedario o serie ordenada de las letras de un idioma constituye la representación gráfica de sus
fonemas usuales, es decir; de los sonidos que de modo consciente y diferenciador emplean los hablantes. Una ortografía ideal
debería tener una letra, y solo una, para cada fonema, y viceversa. Pero tal correspondencia, por motivos históricos y de diversa
índole, no se produce en casi ninguna lengua, aunque el español es de las que más se aproximan a ese ideal teórico.
Como las demás lenguas románicas, el español se sirvió básicamente desde sus orígenes del alfabeto latino, que fue adaptado y
completado a lo largo de los siglos. El abecedario español quedó fijado, en 1803, en veintinueve letras (27 letras), cada una de
las cuales puede adoptar la figura y tamaño de mayúscula o minúscula.
He aquí sus formas y nombres:
En realidad; ch y ll son dígrafos, signos ortográficos compuestos de dos letras. Desde la cuarta edición del Diccionario
académico (1803) vienen, sin embargo, considerándose convencionalmente letras —cuarta y decimocuarta, respectivamente,
del abecedario español—, por el hecho de que cada uno de ellos representa un solo fonema.
A petición de diversos organismos internacionales, la Asociación de Academias de la Lengua Española acordó en su X
Congreso (Madrid, 1994) reordenar esos dígrafos en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna. Así pues, en el
Diccionario, las palabras que comienzan por ch se registrarán en la letra C entre las que empiezan por ce y ci; las que
comienzan por ll, en la letra L entre las que empiezan por li y lo. En el resto de la ordenación alfabética, las palabras que
contengan ch y ll en otras posiciones distintas a la inicial pasarán a ocupar el lugar que en la secuencia del alfabeto universal
les corresponde.
1.2. Correspondencia del abecedario del español con su sistema fonológico La fijación de nuestra ortografía es el resultado de un largo proceso de constantes ajustes y reajustes entre la pronunciación y la
etimología, gobernado por la costumbre lingüística. Entre ortografía y pronunciación existen, en consecuencia, desajustes
motivados por la evolución fonética del idioma, por sus variedades dialectales (el español se extiende por más de veinte países)
y por la misma tradición ortográfica.
Así; en nuestro sistema gráfico se encuentran casos de fonemas representados por un dígrafo o grupo de dos letras, letras que
pueden representar más de un fonema, fonemas que pueden ser representados por varias letras, una letra que representa un
grupo de fonemas y otra que no representa ningún fonema.
1.2.1. Fonemas representados con un dígrafo
a) El fonema africado palatal sordo de, por ejemplo, chaleco, se representa con el dígrafo ch.
b) El fonema lateral palatal de llave, con el dígrafo ll. Actualmente, en la mayor parte de los territorios de habla española es
frecuente la identificación de este fonema con el fricativo palatal sonoro representado en la escritura por y (identificación
conocida con el nombre de yeísmo).
c) El fonema vibrante múltiple de corro, con el dígrafo rr.
d) El fonema oclusivo velar sordo de queso y el fonema velar sonoro de guitarra se escriben con los grupos qu y gu (delante
de las vocales e, i), respectivamente.
1.2.2. Letras que pueden representar fonemas diferentes
a) La c ante a, o, u representa el fonema oclusivo velar sordo de casa, cómodo y cuñado. Ante e, i, como en cepa o cine, puede
representar, de acuerdo con el origen geográfico de los hablantes, otros dos fonemas:
■ El fricativo interdental sordo, dominante en las variedades españolas habladas en el norte, centro y este de la Península
Ibérica; representado también mediante la letra z.
■ El fricativo sordo, de articulación mayoritariamente predorsal, representado también en la escritura mediante la letra s. Este
fenómeno de identificación, conocido con el nombre de seseo, es general, actualmente, en el suroeste de la Península Ibérica;
en las Islas Canarias y en toda la América hispana.
b) La z representa el fonema interdental fricativo sordo de zapato o azul. En zonas, de seseo representa también el fonema
predorsal equivalente al de la letra s.
c) La ll representa el fonema lateral palatal de lleno o rollo. En zonas yeístas; corresponde también al fonema fricativo palatal
sonoro representado en otros lugares mediante la letra y.
d) La g, tanto ante a, o, u y agrupada con otra consonante como en el grupo gu ante e, i, representa el fonema velar sonoro,
como en gato, gorra, grande, glosa, Gutiérrez, guiso; mientras que ante e, i representa el fonema fricativo velar sordo de
gemelos y gitano.
e) La r sencilla, tanto inicial de palabra como antecedida por una consonante que no pertenece a la misma sílaba, representa
una vibrante múltiple (como en ratón y alrededor), mientras que en posición intervocálica y final de sílaba, así como en los
grupos consonánticos br, cr, dr, fr, gr, kr, pr y tr, representa el fonema vibrante simple de caro y brisa.
f) La y puede tener un valor consonántico al representar el fonema palatal sonoro, como en yema, y un valor vocálico
equivalente al representado por la letra i en palabras como y, rey, hoy.
g) La w representa el fonema labial sonoro en palabras de origen visigodo o alemán, como Wamba, Witiza y wagneriano, y el
fonema vocálico equivalente al representado por la letra u en palabras de origen inglés, como whisky y washingtomano.
1.2.3. Fonemas que pueden ser representados por varias letras diferentes
a) El fonema labial sonoro puede ser representado por las letras b, v y w, como en barco, vela y wolframio.
b) El fonema oclusivo velar sordo se puede transcribir con las letras c y k y con el grupo qu, como en casa, kilómetro y quien.
c) El fonema fricativo velar sordo se puede representar con la letra j, o con la letra g ante e, i, como en jardín, jerez, jirafa, jota,
judía, gente y girar.
OBSERVACIÓN HISTÓRICA
Las letras g (ante e, i), j y x representaban en la ortografía medieval dos fonemas palatales distintos, sonoro el primero,
como en muger y paja, y sordo el segundo, como en dixo.
Ambos sonidos se identificaron primero en el sonido sordo y, a partir del siglo XVI evolucionaron hacia el fonema
moderno correspondiente a j, fricativo velar y sordo; así pronunciamos y escribimos hoy mujer, paja y dijo.
d) El fonema fricativo interdental sordo puede ser representado con z ante a, o, u, con la misma letra en posición final de sílaba
y con c ante e, i, como en zapato, zorro, zurdo, paz, diezmo, cena y cigarro. En excepciones que después se verán, también
puede ser representado con z ante e, i.
OBSERVACIÓN HISTÓRICA
La situación actual, en la que ambas representaciones gráficas comparten un mismo valor fonológico, contracta con el
diferente valor que tenían estas letras siglos atrás: c o ç representaban un fonema sordo (crece, plaça), y z el
correspondiente sonoro (vezino, haze).
e) En los países y regiones donde se practica el seseo, c (ante e, i), z y s se neutralizan en el fonema fricativo sordo de
pronunciación mayoritariamente predorsal, si bien la ortografía mantiene el empleo de las letras según el uso castellano.
Lo mismo ocurre con la pronunciación yeísta que articula La ll como y.
f) El fonema vocálico cerrado y anterior puede ser representado con las letras i e y, como en iglesia, cantáis, hay, rey.
OBSERVACIÓN HISTÓRICA
En los textos antiguos se escribían las letras i, u, v sin distinguir si eran vocales o consonantes. Por ejemplo: iazía (hoy
yacía), io (yo), iunque (yunque), cuéuano (cuévano), uestir (vestir), vno (uno), vsar (usar).
g) El fonema vocálico cerrado y posterior puede ser representado con la letra u, como en guardar, útil, y en algunas palabras
de origen inglés o derivadas de esta lengua, con la letra w, como en washingtoniano y whisky.
OBSERVACIÓN HISTÓRICA
Otros fonemas existentes en el sistema fonológico del español antiguo han desparecido en el sistema actual. Así
sucedió en el caso de la oposición entre el fonema fricativo alveolar sordo y el correspondiente sonoro, representados
en posición intervocálica con las grafías -ss- (passar) y -s- (casa) respectivamente. Durante la Edad Moderna se perdió
esta diferencia fonética en favor de la pronunciación sorda, y la ortografía reflejó el cambio empleando la s única en
lodos los casos.
1.2.4. La x
El español cuenta con una letra, la x, que representa un grupo de dos fonemas, los correspondientes a las secuencias de letras ks
o gs, especialmente en posición intervocálica. Así, por ejemplo, en examen o boxeo.
1.2.5. La h
Esta letra, que en otro tiempo representó una aspiración, carece hoy de valor fonológico y no representa sonido alguno.
1.3. Otros signos empleados en la escritura del español
Junto con las letras, se usan en la escritura otros signos que sirven para indicar la pronunciación de las palabras y la entonación
de los enunciados, así como para facilitar la comprensión de los textos escritos (véanse capítulos IV y V). La Ortografía
establece cómo se han de emplear las letras y los signos auxiliares de la escritura.
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Actividad:
Identificar 20 ejemplos lo siguiente:
1. Punto seguido
2. Punto y aparte
3. La coma
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BIBLIOGRAFÍA
Real Academia Española. (1999). Ortografía de la lengua española. Atlas. http://atlas.umss.edu.bo:8080/jspui/bitstream/123456789/742/1/LD400033.pdf
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